La Palabra.
Hola queridos golfistas.
Hoy voy a curiosear los escondrijos de la mente, para hablar de nuestra mayor adquisición y sus connotaciones.
El poder de la palabra crea los pensamientos y nuestra realidad.
La persona que siempre dice encontrarse mal acabará enfermándose. El que diga cada día me siento bien y lleno de vitalidad, logrará mejorar rendimiento deportivo. Para que se haga realidad hay que darle emotividad y convicción.
La palabra crea sugestiones que irán a cubrir cada necesidad.
El jugador que diga: Me siento tranquilo y muy confiado, jugará mejor que otro que piense: No sé cómo me va a ir en el partido.
La palabra contacta el yo profundo con la mente. Los moviliza y a partir de ellos crea realidades. Es la explicación de ciertas rachas ganadoras que tienen los que juegan con alegría y diversión. Estas emociones conectan con el inconsciente para acceder al juego fácil e instintivo.
Cada una tiene un significado, pero nosotros le damos contenido y magnitud.
La palabra “CUIDADO” nos saca de concentración, por que supone peligro. En consecuencia nos apartamos del juego confiado y pasamos al contenido y razonado. Nos creó un estado de emergencia con todas sus consecuencias.
Su interpretación produce alteraciones en la mente y el cuerpo.
Mediante la palabra ella se modifica la salud o la enfermedad, el miedo o la seguridad, la confianza o desconfianza.
A una persona que confía se las destruye con una palabra.
Si a un jugador de golf se le dice que esta haciendo algo mal, lo hará.
Al que está sano que tiene cara de enfermo, enfermará.
Al que está seguro que esta equivocado y dudará.
Con las palabras creamos realidades.
Con la primera decimos golf y lo creamos mentalmente.
Con la segunda torneo y nos ubicamos en él.
Con la tercera lluvia y entramos en alerta.
Con la cuarta no sé cómo jugaré y empezamos a perder.
La imagen creada forma una realidad, que se cumplirá en relación a la convicción que se halla puesto para concebirla.
De modo que, hay que ser consciente de lo que se dice y piensa. Porque se trata nada menos de lo que vamos a obtener.
Que la palabra nazca en nuestra mente para ganar. Si alguna escuchada o pensada es destructiva, hay que rechazarla con todas las fuerzas. Es una batalla que se tiene que ganar a cualquier precio. Algo así como: Triunfar o fracasar.
Los abrazo fraternalmente y estoy en contacto permanente con ustedes.
Hola queridos golfistas.
Hoy voy a curiosear los escondrijos de la mente, para hablar de nuestra mayor adquisición y sus connotaciones.
El poder de la palabra crea los pensamientos y nuestra realidad.
La persona que siempre dice encontrarse mal acabará enfermándose. El que diga cada día me siento bien y lleno de vitalidad, logrará mejorar rendimiento deportivo. Para que se haga realidad hay que darle emotividad y convicción.
La palabra crea sugestiones que irán a cubrir cada necesidad.
El jugador que diga: Me siento tranquilo y muy confiado, jugará mejor que otro que piense: No sé cómo me va a ir en el partido.
La palabra contacta el yo profundo con la mente. Los moviliza y a partir de ellos crea realidades. Es la explicación de ciertas rachas ganadoras que tienen los que juegan con alegría y diversión. Estas emociones conectan con el inconsciente para acceder al juego fácil e instintivo.
Cada una tiene un significado, pero nosotros le damos contenido y magnitud.
La palabra “CUIDADO” nos saca de concentración, por que supone peligro. En consecuencia nos apartamos del juego confiado y pasamos al contenido y razonado. Nos creó un estado de emergencia con todas sus consecuencias.
Su interpretación produce alteraciones en la mente y el cuerpo.
Mediante la palabra ella se modifica la salud o la enfermedad, el miedo o la seguridad, la confianza o desconfianza.
A una persona que confía se las destruye con una palabra.
Si a un jugador de golf se le dice que esta haciendo algo mal, lo hará.
Al que está sano que tiene cara de enfermo, enfermará.
Al que está seguro que esta equivocado y dudará.
Con las palabras creamos realidades.
Con la primera decimos golf y lo creamos mentalmente.
Con la segunda torneo y nos ubicamos en él.
Con la tercera lluvia y entramos en alerta.
Con la cuarta no sé cómo jugaré y empezamos a perder.
La imagen creada forma una realidad, que se cumplirá en relación a la convicción que se halla puesto para concebirla.
De modo que, hay que ser consciente de lo que se dice y piensa. Porque se trata nada menos de lo que vamos a obtener.
Que la palabra nazca en nuestra mente para ganar. Si alguna escuchada o pensada es destructiva, hay que rechazarla con todas las fuerzas. Es una batalla que se tiene que ganar a cualquier precio. Algo así como: Triunfar o fracasar.
Los abrazo fraternalmente y estoy en contacto permanente con ustedes.
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