Hola queridos golfistas.
Hoy quiero hablarles de los desatinos que cometemos para demostrar que somos superiores, aceptando riesgos innecesarios para ahorrar un golpe. Cuando caemos en la tentación de escurrir una pelota entre los árboles o volar un hazzard al limite de nuestro alcance, estamos impulsados por el amor propio, en especial, cuando algún contrincante lo ha logrado. Ignorando las elementales reglas del sentido común, somos proclives de desechar un tiro adicional a buena, para intentar otro que tiene escasa posibilidades de éxito. A pesar de ello seguimos adelante, La tentación de tirar de aire para ubicar la pelota en el green en vez del seguro chip corrido, es una de esas tonterías que hacemos con frecuencia.
¿Por qué lo hacemos? Se trata de un exceso de Autoestima con escasa conciencia, que antepone el orgullo al razonamiento. La emoción puede inducir a error y la sobre valoración es un buen ejemplo.
La naturaleza nos ha formado así y es la causa mas frecuente de las equivocaciones que cometemos a diario. Nuestro deporte el golf, por el hecho de serlo le otorgamos valor adicional. Pasa lo mismo cuando decimos mi auto, mi casa o mis palos de golf. estamos refiriéndonos a nuestro yo y a veces confundimos la posesión con nuestro ego. Hagamos la prueba de hablar despectivamente a un aficionado del fútbol de su club, o del auto a su propietario y presenciaremos una explosiva reacción. Se interpreta el desprecio como dirigido al dueño y no a la cosa. Lo mismo pasa con el juego. Mi juego es especial y tengo que demostrarlo por eso voy a lograr el tiro que me propongo aunque arriesgue el score. Así le pasó a John Daly en el torneo Bay Hill Invitational en Orlando, Florida. Parado en el hoyo 6, un par 5 de 543 yardas, sólo un pensamiento vino a la mente Yo puedo hacer ese tiro. Fue el comienzo de una ceguera emocional, que luego de insistir hasta el cansancio postergo premios y honores para llegar a una cuenta final de 18. "Me olvidé de la anotación, me mantuve intentándolo una y otra vez. Luego finalmente volé una pelota sobre el agua y la metí. Pienso que fue un buen 18". Dijo Daly.
Los abrazo fraternalmente y estoy en contacto permanente con ustedes.
Hoy quiero hablarles de los desatinos que cometemos para demostrar que somos superiores, aceptando riesgos innecesarios para ahorrar un golpe. Cuando caemos en la tentación de escurrir una pelota entre los árboles o volar un hazzard al limite de nuestro alcance, estamos impulsados por el amor propio, en especial, cuando algún contrincante lo ha logrado. Ignorando las elementales reglas del sentido común, somos proclives de desechar un tiro adicional a buena, para intentar otro que tiene escasa posibilidades de éxito. A pesar de ello seguimos adelante, La tentación de tirar de aire para ubicar la pelota en el green en vez del seguro chip corrido, es una de esas tonterías que hacemos con frecuencia.
¿Por qué lo hacemos? Se trata de un exceso de Autoestima con escasa conciencia, que antepone el orgullo al razonamiento. La emoción puede inducir a error y la sobre valoración es un buen ejemplo.
La naturaleza nos ha formado así y es la causa mas frecuente de las equivocaciones que cometemos a diario. Nuestro deporte el golf, por el hecho de serlo le otorgamos valor adicional. Pasa lo mismo cuando decimos mi auto, mi casa o mis palos de golf. estamos refiriéndonos a nuestro yo y a veces confundimos la posesión con nuestro ego. Hagamos la prueba de hablar despectivamente a un aficionado del fútbol de su club, o del auto a su propietario y presenciaremos una explosiva reacción. Se interpreta el desprecio como dirigido al dueño y no a la cosa. Lo mismo pasa con el juego. Mi juego es especial y tengo que demostrarlo por eso voy a lograr el tiro que me propongo aunque arriesgue el score. Así le pasó a John Daly en el torneo Bay Hill Invitational en Orlando, Florida. Parado en el hoyo 6, un par 5 de 543 yardas, sólo un pensamiento vino a la mente Yo puedo hacer ese tiro. Fue el comienzo de una ceguera emocional, que luego de insistir hasta el cansancio postergo premios y honores para llegar a una cuenta final de 18. "Me olvidé de la anotación, me mantuve intentándolo una y otra vez. Luego finalmente volé una pelota sobre el agua y la metí. Pienso que fue un buen 18". Dijo Daly.
Los abrazo fraternalmente y estoy en contacto permanente con ustedes.
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